lunes 25 de agosto de 2025
- Edición Nº2455

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La morosidad de las familias con tarjetas de crédito alcanza su segundo nivel más alto en 15 años

El Banco Central informó que en junio el índice de incumplimiento por tarjetas de crédito se ubicó en 4,9%, mientras que los préstamos personales registraron su mayor incremento desde octubre de 2021. La tendencia negativa se mantiene desde febrero y refleja la presión sobre los ingresos familiares frente a los gastos financieros.



La morosidad de las familias por el uso de tarjetas de crédito continuó su escalada en junio, alcanzando un 4,9%, según el último informe sobre bancos publicado por el Banco Central (BCRA). Esta cifra representa el segundo registro más alto desde que la entidad comenzó a medir este indicador en 2010, solo superado por julio de 2021, y marca el octavo aumento mensual consecutivo.

El crecimiento sostenido de la morosidad evidencia las dificultades que enfrentan los argentinos para cubrir sus gastos financieros con los ingresos disponibles. Desde febrero, la aceleración de los incumplimientos se ha hecho más notoria, coincidiendo con un contexto de elevada inflación y tasas de interés altas.

La situación también se reflejó en los préstamos personales, que registraron un incremento del 5,6% al 6,5% en su tasa de morosidad entre mayo y junio, alcanzando el nivel más alto desde octubre de 2021. Este aumento se produce en medio de un marcado incremento y volatilidad en las tasas de interés, que, hacia mediados de agosto, se mantuvieron en torno al 75% nominal anual para este tipo de créditos. En paralelo, los adelantos a empresas registraron un salto extraordinario en sus tasas desde julio.

En otras líneas de crédito, los cambios fueron menos significativos. La morosidad en los créditos hipotecarios se mantuvo en 1%, mientras que en los préstamos prendarios se observó un leve ascenso del 3,8% al 3,9%. A nivel empresarial, las variaciones fueron más contenidas: la morosidad de tarjetas de crédito aumentó del 3,8% al 4,4% y la de préstamos personales del 5,6% al 6,4% entre mayo y junio.

Considerando todas las líneas de financiamiento, el crédito total al sector privado presentó una morosidad del 2,9% en junio, desglosada en 5,2% para familias y 1,1% para empresas. Desde el BCRA destacaron que el sistema financiero mantiene elevados niveles de previsión, equivalentes al 119% del saldo de crédito en situación irregular, lo que ayuda a mitigar riesgos ante posibles incumplimientos.

El informe también señaló que, durante junio, el otorgamiento de créditos volvió a superar a la inflación, con un crecimiento real del 4,2%, impulsado principalmente por líneas comerciales y préstamos con garantía real. Asimismo, los depósitos mostraron un fuerte incremento en las cuentas a la vista, influenciadas por el pago del medio aguinaldo, mientras que los plazos fijos registraron variaciones poco significativas.

El panorama refleja un doble desafío: por un lado, la expansión del crédito como motor del consumo y, por otro, la creciente presión sobre las familias para sostener sus obligaciones financieras en un contexto económico marcado por la volatilidad de tasas y la inflación.

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