
La coalición liberal llegó al cierre de acuerdos con una combinación de pactos provinciales y un contundente despliegue político en los distritos más grandes, dejando al PRO en un segundo plano en su histórico bastión porteño.
La alianza entre LLA y el PRO en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires quedó sellada tras una etapa de tensiones y resistencia inicial por parte del partido amarillo, cuyo liderazgo local sufrió una derrota electoral significativa en mayo. Sin embargo, la convergencia terminó imponiéndose, con un reparto de candidaturas que otorga a La Libertad Avanza los primeros lugares para el Senado y posiciones relevantes en la lista de diputados nacionales. Este entendimiento se acompañó del compromiso de ambas bancadas para trabajar en conjunto en el Congreso y enfrentar las políticas que consideran responsables de la crisis económica y social del país.
En la Provincia de Buenos Aires, la alianza fue más fluida gracias a la buena relación entre la dirigencia del PRO local y la Casa Rosada. La expectativa electoral para La Libertad Avanza en los comicios provinciales de septiembre es modesta, pero la fuerza liberal apuesta a marcar la diferencia en la discusión política y posicionarse como alternativa al tradicional dominio peronista, especialmente en territorios como La Matanza, donde el presidente Javier Milei lanzó su campaña con un discurso confrontativo contra el kirchnerismo.
El alcance territorial de La Libertad Avanza se amplió a otras provincias donde también logró acuerdos con el PRO o gobernadores provinciales. En Tucumán, Tierra del Fuego, La Pampa y Catamarca se concretaron alianzas con la fuerza amarilla o sus dirigentes, mientras que en Chaco, el vínculo con el gobernador radical Leandro Zdero permitió construir un frente que ganó las elecciones locales de mayo, aunque la alta imagen del kirchnerismo en la provincia mantiene vigente el desafío de consolidar votos en las nacionales.
No obstante, en algunas provincias como Neuquén, Río Negro y San Luis no se lograron alianzas formales. En estos casos, la estrategia consistirá en competir con listas separadas pero coordinadas, con el objetivo de maximizar la cantidad de bancas en juego y debilitar la presencia peronista en el Congreso.
En Córdoba, por ejemplo, La Libertad Avanza se presentará con lista propia integrada a una coalición liberal que incluye otros partidos provinciales, buscando capitalizar el apoyo local y las convicciones liberales como sello distintivo.
Finalmente, en distritos como Chubut, Jujuy, La Rioja, Salta, Santa Cruz y Santa Fe, el oficialismo optará por competir con sello propio, en un test clave para medir la fuerza real del espacio de Milei y su capacidad para consolidar votos en territorios tradicionalmente divididos.
La consolidación de estas alianzas marca un paso importante para La Libertad Avanza de cara a las elecciones nacionales del 26 de octubre, en las que aspiran a mantener su crecimiento y ampliar su representación legislativa.