
Enriqueta Rodríguez de Maroni, integrante de Madres de Plaza de Mayo, falleció a los 98 años. Su nombre quedó ligado para siempre a una de las primeras denuncias públicas contra la dictadura militar, captada por la televisión holandesa durante el Mundial de Fútbol de 1978.
“A nuestros hijos nos han robado y nunca jamás supimos más nada de ellos. ¡El Ejército lo ha hecho!”, dijo ante las cámaras europeas, mientras en Buenos Aires se vivía el fervor del campeonato. Maroni, junto a otras madres con pañuelos blancos en la cabeza, denunció en plena Plaza de Mayo las desapariciones forzadas, cuando la represión era silenciada dentro del país.
Dos de sus hijos, María Beatriz (23) y Juan Patricio (21), fueron secuestrados en 1977 junto a sus parejas por un grupo de tareas del Primer Cuerpo del Ejército. Estuvieron detenidos en el centro clandestino conocido como “Club Atlético”. La esposa de Juan fue liberada días después, pero sus hijos siguen desaparecidos.
El documental que inmortalizó su voz fue grabado por un equipo de la TV de Países Bajos, el mismo día en que comenzaba el Mundial, el 1 de junio de 1978. Mientras en el estadio Monumental se realizaba la ceremonia inaugural, con Videla como anfitrión, a pocos kilómetros las Madres caminaban en ronda por Plaza de Mayo, rompiendo el cerco informativo con ayuda del periodismo internacional.
Desde entonces, esas imágenes se convirtieron en un testimonio clave de la lucha por Memoria, Verdad y Justicia. Con el paso de los años y el impacto de las redes sociales, el fragmento con la voz firme de Maroni reaparece cada 24 de marzo, como símbolo de resistencia frente al terror.
Durante aquella cobertura, uno de los diálogos más recordados dejó en evidencia el dolor que vivían:
—Hace dos años que estamos así. No quiero un hijo solo, queremos que aparezcan todos —dijo una madre.
—¿Cuántos son? —preguntó un periodista extranjero.
—¡Miles! Miles en todo el país.