
Según relataron los vecinos, la demolición se llevó a cabo sin autorización municipal ni la intervención de profesionales matriculados, y afectó una pared medianera que da soporte a varios inmuebles. Además, explicaron que los trabajos continuaron pese a las actas de clausura y la vigencia de una medida cautelar que ordenaba su paralización.
“Nos están destruyendo la medianera, hay cables de electricidad pelados colgando. A pesar de los reclamos, nadie nos da respuestas”, expresó uno de los habitantes afectados.
De acuerdo a las actas contravencionales, la obra no contaba con permiso habilitante, cartelería, medidas de seguridad ni contención de residuos para proteger los inmuebles linderos. También se constató la existencia de daños materiales en las viviendas adyacentes.
Algunos vecinos comentaron que, ante el riesgo de derrumbe, optaron por mudarse de manera preventiva. “Hay dos mujeres mayores que viven solas y están con tratamiento por esta situación”, señalaron.
En los últimos meses, la demolición fue clausurada en varias oportunidades. Sin embargo, los damnificados aseguraron que los trabajos se reanudaron en más de una ocasión y que, hasta el momento, no se ha resuelto el problema.
La situación genera temor diario entre los habitantes, quienes manifestaron su deseo de que se garantice la seguridad de las viviendas y la tranquilidad del barrio mientras se avanza hacia una solución definitiva.