
En un giro clave para la reconfiguración opositora en la provincia de Buenos Aires, el PRO aprobó este viernes en asamblea partidaria avanzar en un frente electoral con La Libertad Avanza (LLA). El acuerdo llega tras meses de tironeos internos y negociaciones contrarreloj, con la fecha límite del 9 de julio para la presentación de alianzas a la vuelta de la esquina y con la mirada puesta en los comicios del 7 de septiembre.
En sus redes sociales y a través de un comunicado oficial, desde el PRO expresaron: "Votamos por unanimidad para facultar a la Mesa Ejecutiva encabezada por el presidente Cristian Ritondo, a construir un frente electoral que le pongaun freno definitivo al polpulismo en la provincia de Buenos Aires"
La reunión se realizó al mediodía en la sede partidaria de la calle Balcarce, en San Telmo. Estuvieron presentes figuras de peso como Cristian Ritondo, Néstor Grindetti, Diego Santilli, Soledad Martínez, Matías Ranzini, Martín Yeza y otros legisladores e intendentes bonaerenses. El cónclave selló el visto bueno formal para que la Mesa Ejecutiva del PRO bonaerense concrete la coalición, en lo que los dirigentes definieron como un “paso de usos y costumbres” dentro de la lógica frentista del partido.
“Hay una actitud del PRO de escuchar a los bonaerenses que piden que vayamos juntos. Estamos haciendo todos los intentos con intendentes y dirigentes de todos los territorios para ir juntos en septiembre y en octubre”, explicó Ritondo antes del inicio del encuentro. Por su parte, Santilli ratificó que la marca PRO no estará en el nombre del frente: la boleta llevará exclusivamente la insignia de La Libertad Avanza y su color violeta, dejando fuera los símbolos amarillos.
Un acuerdo con letra chica y tensiones territoriales
El acuerdo, sin embargo, no fue gratuito para ninguna de las dos partes. Si bien LLA llega con mayor fortaleza política tras su triunfo sobre el PRO en las elecciones porteñas de mayo, el partido de Milei debió comprometerse a respetar la territorialidad de los intendentes del PRO en los 13 municipios donde gobiernan, especialmente en la conformación de las listas de concejales, claves para la gobernabilidad local.
A cambio, el PRO aceptó ceder su nombre en la boleta y negociar un esquema de integración de listas con predominio libertario: se discute que entre un 25 y un 30% de los candidatos con posibilidades reales sean del PRO. La hipótesis mínima que manejan los amarillos es lograr una banca por cada una de las ocho secciones electorales bonaerenses.
En el resto de los 120 distritos, ambas fuerzas comenzaron un exhaustivo barrido para definir candidaturas y estrategias locales, priorizando –según fuentes del PRO– “los mejores nombres posibles para enfrentar al kirchnerismo”, aunque sin porcentajes rígidos entre un partido y otro.
El trasfondo político: Milei impone condiciones y Macri reconfigura alianzas
La conformación de este frente exhibe el cambio de equilibrio interno dentro de la oposición, con un PRO en proceso de realineamiento y un Milei que, en palabras de su armador bonaerense Sebastián Pareja, “impuso la marca y la simbología” del frente, descartando cualquier referencia al PRO en la boleta electoral.
La intervención de Pareja fue clave para ordenar las pretensiones de referentes libertarios que no querían respetar la estructura territorial del PRO en municipios como Vicente López, Junín, 9 de Julio, Pergamino y Lobos. Finalmente, primó la orden directa de Karina Milei de no ceder la simbología ni el color de la boleta, dos elementos centrales en la estrategia de consolidación identitaria de LLA.
En paralelo, la jugada refuerza la estrategia de Mauricio Macri de acercamiento al oficialismo libertario, un movimiento que reconfigura el mapa opositor de cara a las elecciones provinciales y nacionales. El propio presidente Javier Milei había anticipado días atrás su expectativa de un “batacazo” en Buenos Aires, afirmando que “traer el cambio a la provincia es una de las mayores prioridades” de su proyecto.
El desafío de retener bancas y contener internas
Con este acuerdo, el PRO buscará retener al menos parte de sus 8 bancas de Diputados y 4 de Senadores que arriesga en la legislatura bonaerense, mientras LLA apuesta a ampliar su presencia territorial y consolidar un frente opositor “antikirchnerista” para enfrentar al gobernador Axel Kicillof y al peronismo unido.
Sin embargo, la decisión no está exenta de tensiones internas. Muchos intendentes y dirigentes amarillos advierten el riesgo de perder autonomía política y de diluir su identidad partidaria bajo la marca libertaria, mientras la definición final de listas, que vence el 19 de julio, promete intensificar la pulseada por lugares expectables.