
El tablero político del peronismo bonaerense entró en una fase de aceleración a la fuerza. Y es que la reciente condena y prisión domiciliaria de Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad provocó un reacomodamiento interno que tuvo su correlato más visible en el intento de foto política de las últimas horas: según confirman los principales medios nacionales, Máximo Kirchner y Sergio Massa habrían acordado el inicio del armado formal de un frente electoral conjunto en la provincia de Buenos Aires, el distrito clave del mapa nacional.
De llevarse adelante finalmente, el acuerdo entre el presidente del PJ bonaerense y el líder del Frente Renovador resultaría en más que una estrategia de contención: marcaría el inicio de una reorganización de un necesario panperonismo para frenar la dispersión y construir un dispositivo competitivo con miras a enfrentar al oficialismo libertario en septiembre y octubre.
De este modo y según detalla Infobae, el tándem Massa-Kirchner designó a Facundo Tignanelli y Rubén Eslaiman para encabezar los trabajos técnicos de articulación del frente. El nuevo espacio, que podría llamarse simplemente “Peronismo”, busca aunar a los distintos sectores del universo opositor con eje en la provincia más populosa del país.
El impacto de la condena y el acto en Plaza de Mayo
El acto del pasado 18 de junio en Plaza de Mayo, que reunió a más de 150 mil personas, fue interpretado dentro del peronismo como una señal inequívoca: hay una base movilizada que, más allá de los matices internos, demanda unidad y conducción. La condena a Cristina Kirchner, lejos de paralizar al espacio, funcionó como catalizador de un movimiento que ahora busca ordenarse ante lo que interpreta como una ofensiva judicial y política con aroma de proscripción.
Dentro de esta lógica, el protagonismo de Máximo se erige como imagen fuerte para "tomar el bastón de mariscal" dentro del kirchnerismo. Incluso, voces como la del ex ministro Julio De Vido sugirieron que “llegó la hora de Máximo de protagonizar”. La alianza con Massa, su histórico aliado con autonomía propia, consolida esta proyección.
La tensión interna: Kicillof, el MDF y la disputa por la lapicera
No obstante, el camino hacia una propuesta unificada no está exento de tensiones. La más evidente e inmediata a sortear es la que protagoniza el gobernador Axel Kicillof, quien junto a un grupo de intendentes impulsa el Movimiento Derecho al Futuro (MDF). Aunque formalmente se trata de una línea interna y no de un partido, el sector exige tener un lugar en la mesa chica donde se definan candidaturas y estrategias teniendo en cuenta que se trata de quien gobierna el distrito con mayor cantidad de votantes y el mandatario provincial que encabeza la oposición a Milei.
La disputa por “la lapicera” —es decir, por el control real de las listas— está abierta. Kicillof y los intendentes que lo respaldan quieren asegurarse de que el armado no se cierre entre La Cámpora y el massismo. Para calmar esas aguas, los organizadores confirmaron que el MDF y sus enviados serán parte de la reunión ampliada del próximo martes, junto a otras fuerzas del panperonismo como Patria Grande, Nuevo Encuentro y el PSOL.
En esa reunión se buscará acordar no solo el reglamento de participación sino también constituir una única Junta Electoral que valide las candidaturas tanto para la elección provincial del 7 de septiembre como para la nacional del 26 de octubre. El objetivo es evitar disputas en etapas separadas y ordenar la oferta electoral desde el inicio.
Massa, el pragmático: de la resistencia a la propuesta
Desde el Frente Renovador insisten en que la reconfiguración del peronismo no debe limitarse a la resistencia frente al gobierno de Javier Milei. Consideran que es momento de articular una propuesta que trascienda la denuncia y la reacción, y que ponga en el centro un modelo de país basado en la producción, el trabajo y la industria.
Massa, que participó de la marcha en apoyo a Cristina y estuvo presente en las primeras reuniones poscondena, es el principal promotor de la idea de confluencia de un panperonismo que incluye a referentes disímiles como Grabois, Heller y hasta Guillermo Moreno. Para el ex ministro de Economía, el liderazgo que se necesita debe ser colectivo y orientado a la construcción de una alternativa viable y de poder real.
En este nuevo escenario, el peronismo bonaerense busca dos cosas: cerrar filas y recuperar iniciativa. La elección provincial será un primer test, pero el objetivo central es octubre. Para eso, el frente que se construya deberá ser algo más que una suma de partes: tendrá que sintetizar una narrativa capaz de interpelar al votante en crisis, frente a una economía golpeada y un oficialismo nacional que mantiene el respaldo de núcleos firmes y amenaza con ir por más.