
Desde la llegada de Javier Milei a la presidencia en diciembre de 2023, el empleo registrado en el sector privado ha mostrado una marcada tendencia a la baja. Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), entre noviembre de 2023 y marzo de 2025 se destruyeron 115.353 puestos de trabajo privados registrados. En marzo último, la caída fue de 7.310 empleos, en sintonía con la contracción de la actividad económica de ese mes, que retrocedió un 1,8% intermensual.
Este retroceso ocurre después de una etapa de recuperación que permitió, hasta noviembre de 2023, no sólo recuperar los puestos perdidos durante el macrismo y la pandemia, sino superarlos. Sin embargo, el cambio de modelo económico impulsado por el nuevo gobierno –caracterizado por el ajuste fiscal, la parálisis de la obra pública y una fuerte desregulación– revirtió rápidamente esa tendencia.
La construcción, epicentro de la crisis
El sector más afectado desde la asunción de Milei ha sido la construcción, que perdió 61.956 empleos, lo que representa más del 53% del total de puestos destruidos en el sector privado. Esta caída se vincula directamente con la decisión del Gobierno Nacional de frenar la obra pública.
La industria manufacturera, otro de los sectores clave para el empleo argentino, perdió 31.301 puestos (una merma del 2,6%), consolidándose como el segundo sector más afectado. En términos de participación en el empleo privado, la industria representa el 18,6%, sólo por detrás del comercio (20,0%).
Por el contrario, sólo tres sectores lograron generar empleo durante este período: el comercio, la actividad agropecuaria y la pesca. En marzo de 2025, los sectores que registraron crecimiento fueron Comercio (+1.871), Hoteles y Restaurantes (+1.696), y Servicios Comunitarios (+743).
Caída territorial generalizada
La destrucción de empleo no se distribuyó de manera uniforme. En marzo de 2025, 14 de las 24 jurisdicciones del país registraron pérdida de puestos de trabajo. Salta (-1.810), Santa Cruz (-1.277) y Córdoba (-1.095) lideraron la caída en términos absolutos. En los primeros 16 meses del gobierno de Milei, el 79,2% de las provincias sufrió una reducción del empleo registrado privado, con caídas que llegan hasta el 11,8%, como en el caso de La Rioja.
Solo cinco provincias lograron aumentar la cantidad de empleo registrado entre noviembre de 2023 y marzo de 2025: Río Negro, Corrientes, Mendoza, Chubut y Neuquén.
Auge del monotributo y caída de derechos
La otra cara del empleo registrado es el crecimiento del monotributo, que alcanzó en marzo a 2.112.759 personas. Desde noviembre de 2023, se incorporaron al régimen 74.997 nuevos trabajadores, una cifra que no logra compensar la pérdida de empleo asalariado. Además, esta expansión se da en un contexto donde la figura del “colaborador” (incluida en la Ley Bases) podría incentivar aún más el uso del monotributo como mecanismo para evadir la relación de dependencia, con menor protección laboral.
Más alarmante aún es la reducción de los monotributistas sociales, que cayeron en 421.482 en los últimos cuatro meses, como consecuencia del aumento de la cuota y la obligatoriedad de reempadronamiento impulsados por el Ministerio de Capital Humano.
El empleo en casas particulares también sufrió un fuerte retroceso: en marzo se registraron 441.529 puestos, 870 menos que en febrero y 22.111 menos que en diciembre de 2023.
En el sector público, la tendencia no es distinta. Desde la asunción de Milei se destruyeron 58.210 empleos, lo que lleva la pérdida total de empleo asalariado registrado (público y privado) a 173.563 puestos.
Salarios: por debajo de la inflación real
En marzo de 2025, los salarios registrados del sector privado mostraron incrementos nominales: el promedio subió un 1,0% y la mediana un 0,9%. Sin embargo, ambos valores quedaron muy por debajo de la inflación del mes, que fue del 3,7%, lo que implica una pérdida del poder adquisitivo del 2,6% y 2,7%, respectivamente.
Aunque en términos reales ambas variables se ubican levemente por encima del nivel de noviembre de 2023 (1,4% para el promedio y 1,1% para la mediana), si se mide la inflación con una canasta más representativa de los consumos actuales (2017/2018), el panorama se invierte: el poder de compra se ubica 7,8% y 8,1% por debajo, respectivamente.
Los mayores aumentos de precios se concentraron en los servicios, como comunicación (+255,3%), transporte (+227,9%) y vivienda, agua y electricidad (+340,0%), lo que alteró profundamente el peso de los gastos básicos de los hogares y afectó más severamente los ingresos reales.