
El Partido Justicialista Nacional emitió este miércoles un fuerte comunicado en rechazo a la reciente decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, aseverando que la confirmación de la condena en la causa Vialidad se trata de una “proscripción” de la actual presidenta del PJ y ex presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. Desde la fuerza política más grande del país advierten que no se trata de un simple fallo judicial, sino de un hecho de “gravedad institucional inédita”, con profundas consecuencias para la democracia argentina.
LA CONDENA A CRISTINA ES UN CEPO AL VOTO POPULAR. pic.twitter.com/CaXXObAAeA
— Partido Justicialista (@p_justicialista) June 11, 2025
“La condena de Cristina es un cepo al voto popular”, se titula el documento que lleva la firma del Consejo Nacional del PJ, al tiempo que denuncia que la resolución judicial representa un “acto político de carácter antidemocrático”. En esa línea, se remarca que el derecho ciudadano a ejercer la soberanía popular libremente es un principio fundacional de la democracia argentina, hoy puesto en jaque.
“La decisión de ponerle un cepo al voto popular va contra los preceptos sobre los que fundamos nuestro país y nuestra Constitución”, sostiene el texto. Y agrega: “No perjudica a una dirigente ni a un partido en particular. Es un hecho que daña profundamente la credibilidad de las instituciones argentinas y que debe despertar el repudio de todos los espacios políticos de la Argentina”.
La decisión del máximo tribunal nacional de confirmar una condena que impide a Fernández de Kirchner ejercer cargos públicos fue interpretada por el peronismo como un paso más en la consolidación de un escenario de “persecución” política y judicial.
En un tono que remite a los momentos más oscuros de la historia argentina, el comunicado recuerda que el movimiento justicialista ha sido víctima, desde sus orígenes, de distintas formas de proscripción: “Nuestro partido conoce de proscripciones, detenciones ilegales, fusilamientos, bombardeos y desaparecidos”.
La evocación histórica apunta a subrayar que la actual situación, aunque enmarcada en un contexto democrático formal, responde a la misma lógica de exclusión del peronismo como actor político legítimo. Desde la perspectiva del PJ, lo que está en juego no es sólo la figura de Cristina Kirchner, sino la posibilidad de que una fuerza con vocación popular y antagónica al poder económico pueda disputar el poder en condiciones de igualdad.
“No será la primera vez que el poder económico de la Argentina intente resolver de manera irregular, ilegal y anticonstitucional su problema principal: la existencia de una fuerza política, el peronismo, que se plantea ante los argentinos como una alternativa a su modelo excluyente y fracasado”, sostiene el documento.
La declaración concluye con una convocatoria a la militancia del partido, pero también a toda la ciudadanía que se sienta interpelada por la defensa de los valores democráticos. En ese sentido, llama a “pelear por dejar atrás la Argentina de la persecución” y a reconstruir un horizonte donde el pueblo pueda elegir libremente a sus representantes, sin injerencias judiciales ni condicionamientos externos.
Este nuevo capítulo en la tensión entre el Poder Judicial y el peronismo se inscribe en un largo proceso de judicialización de la política, donde las decisiones de los jueces —y particularmente de la Corte Suprema— adquieren un peso determinante en la configuración del escenario electoral. En esa línea, el uso de términos como “cepo al voto popular” y “proscripción” no es casual: remiten a una memoria colectiva profundamente marcada por el exilio de Juan Domingo Perón y la proscripción del peronismo durante 18 años, y esta asociación no es casual sino que apunta a reactivar una identidad de resistencia frente a lo que considera un nuevo intento de disciplinamiento desde el poder.
Queda por vislumbrar el impacto de esta decisión judicial en el plano social y político. ¿Será el inicio de una nueva etapa de movilización del peronismo? ¿Logrará el PJ sumar adhesiones más allá de sus bases tradicionales en defensa del sistema democrático? ¿O prevalecerá la fragmentación de la oposición frente a un oficialismo que avanza en todos los frentes con una lógica de confrontación permanente?