
En medio de una ofensiva del Gobierno nacional para que las provincias adhieran al nuevo régimen simplificado de Ganancias y al denominado “Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos”, la administración de Javier Milei decidió dejar fuera del diálogo al gobernador bonaerense Axel Kicillof y convocar en su lugar a su ministro de Economía, Pablo López.
La cita tendrá lugar este jueves en el marco de una reunión clave convocada por la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), y también contará con la presencia del titular de Desarrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires, Hernán Lombardi. La estrategia oficial apunta a sumar voluntades en torno a un plan que busca incorporar al sistema financiero los dólares que hoy están por fuera del circuito formal, sin exigir explicaciones sobre su origen.
El mensaje es claro: el Ejecutivo nacional está decidido a avanzar sin reparar en cuestionamientos, e incluso a aplicar presión sobre las provincias. La amenaza de cortar el acceso a datos clave de facturación de personas y empresas para aquellas jurisdicciones que no suscriban al convenio de intercambio de información fiscal se inscribe en este contexto.
Sin embargo, la decisión de excluir a Kicillof del intercambio directo con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Economía, Luis Caputo —quienes esta semana mantuvieron reuniones virtuales con 16 gobernadores—, es leída por la administración bonaerense como una muestra de la falta de voluntad política para entablar un diálogo genuino con quienes plantearon objeciones de fondo.
Desde el entorno del mandatario provincial adelantaron que no hay margen para un cambio de postura: “no hay acuerdo posible” con una iniciativa que consideran busca “legalizar fondos no declarados” sin garantizar seguridad jurídica ni establecer un marco normativo sólido.
Uno de los pronunciamientos más duros provino del titular de la Agencia de Recaudación bonaerense (ARBA), Cristian Girard, quien calificó al plan como “una promesa electoral más que una política tributaria efectiva”. Según Girard, lo único concreto hasta el momento son modificaciones en regímenes informativos y la creación de un esquema simplificado de Ganancias que exime a los contribuyentes de declarar su patrimonio. “En realidad, es un blanqueo encubierto”, advirtió, al tiempo que alertó sobre el “limbo legal” que esta política genera.
El propio Kicillof también sumó críticas: “Mucho ruido y pocas nueces” fue la frase elegida para describir la estrategia del gobierno nacional. “Parece un intento de blanqueo permanente, pero las leyes son las mismas que antes. En la provincia no hay cambios y seguimos fiscalizando con normalidad”, afirmó.
Desde ARBA, además, recordaron que los tributos provinciales como Ingresos Brutos o el Impuesto Inmobiliario no están alcanzados por esta medida, y que en territorio bonaerense la obligación de tributar según la capacidad contributiva sigue vigente.
Mientras tanto, la convocatoria a Pablo López y no a Kicillof parece confirmar una decisión política de profundizar la confrontación con la mayor provincia del país, mientras el oficialismo intenta consolidar el apoyo necesario para avanzar con su ambicioso plan económico, aún a costa de tensar los vínculos con quienes no se alinean a su agenda.