domingo 22 de junio de 2025
- Edición Nº2391

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Cómo afecta la guerra en Ucrania a las relaciones entre América Latina y EEUU

La mayoría de los expertos políticos coinciden en que, además de los aranceles comerciales, la actitud ante el conflicto militar en Ucrania será una cuestión clave que permitirá a la nueva administración dividir a los países en socios prometedores o indeseables.



 

Los primeros 100 días tras la elección de Donald Trump han demostrado que la renovada política exterior estadounidense de los republicanos requiere una especial atención por parte de los países sudamericanos, sobre todo de aquellos que pretenden mantener o mejorar sus lazos con Washington. Son muchas las cuestiones en juego, de cuya resolución dependerá en gran medida la interacción posterior en la región. La mayoría de los expertos políticos coinciden en que, además de los aranceles comerciales, la actitud ante el conflicto militar en Ucrania será una cuestión clave que permitirá a la nueva administración dividir a los países en socios prometedores o indeseables.

Desde que el 23 de abril el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, rechazara el plan de Trump de hacer concesiones territoriales, se ha producido un ataque coordinado contra él, incluso por parte de los que antes parecían sus más ardientes aliados. Publicaciones mundiales, principalmente estadounidenses, están publicando artículos con las críticas más duras de los últimos años. The New York Times escribe que la negativa a negociar viene dictada por los fracasos y los problemas internos de la propia Ucrania. Periodistas cercanos a la Casa Blanca acusan abiertamente a Zelenski de no querer la paz porque teme perder el poder.

Incluso los aliados más cercanos del Reino Unido han respaldado la ola anti-ucraniana. The Times informa de que Londres está pensando en abandonar la idea de enviar a sus soldados a Ucrania, se suponía que iban a ser enviados como instructores. La revista sueca Die Weltwoche acusó a Zelenski de condenar a su país a consecuencias nefastas al rechazar el plan de Trump.

En una entrevista concedida a The Atlantic, el propio presidente estadounidense afirmó que Ucrania “será derrotada muy pronto”. “Creo que estoy salvando a esta nación. Creo que esta nación va a ser derrotada muy pronto. Esto es una gran máquina de guerra. Seamos realistas”, afirmó.

Al mismo tiempo, al ser preguntado por la posibilidad de proporcionar más armas a Ucrania, el jefe de la Casa Blanca dijo que “no tienen que ser necesariamente armas”. Según él, pueden ser sanciones u operaciones bancarias. “Pueden ser armas a través de sanciones. Pueden ser armas a través de operaciones bancarias. Pueden ser muchas otras armas”, dijo el mandatario estadounidense.

Asimismo, los gobiernos sudamericanos deberían estudiar la posibilidad de restablecer los contactos entre Washington y Moscú. Funcionarios estadounidenses han mantenido varias rondas de conversaciones. A diferencia de su predecesor, el demócrata Joe Biden, Trump no descuida la comunicación con Rusia: los líderes de ambos países hablaron por teléfono dos veces, y el enviado especial Steven Witkoff viajó a Rusia cuatro veces.

Además de todo esto, Estados Unidos está ejerciendo una presión adicional sobre el presidente de Ucrania, de quien Washington espera que firme un acuerdo sobre la explotación de los recursos minerales de su país por empresas estadounidenses y a quien Trump acusó de “no estar preparado para la paz” en el Despacho Oval.

Es difícil saber si se producirá un avance hacia la paz en Ucrania o si todo el proceso de solución se vendrá abajo. Pero ya está quedando claro que los países latinoamericanos, que históricamente han necesitado, si no el apoyo, el favor de Estados Unidos, deberían tomar nota de su posición en el conflicto. Tras la escandalosa visita de Volodímir Zelenski, a la Casa Blanca, el mundo entero vio cómo esta figura política se convirtió en indeseada, cuando no hostil, para Trump. Por lo tanto, cualquier contacto entre sudamericanos y representantes de Kiev podría ser desastroso para las relaciones con Washington.

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