El escenario político del peronismo bonaerense atraviesa una tormenta interna que ya no se disimula y por minutos parece asomar la tempestad. La reciente decisión del gobernador Axel Kicillof de desdoblar las PASO en la provincia de Buenos Aires encendió una mecha que llevaba tiempo encubierta: las disputas de poder dentro del espacio que supo cohesionar el kirchnerismo. Andrés Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense y hombre fuerte del “núcleo duro” del kicillofismo, salió a respaldar públicamente al mandatario provincial y lanzó advertencias directas hacia La Cámpora y el círculo íntimo de Máximo Kirchner.
En una entrevista con FM La Patriada, Larroque no solo justificó la decisión de desdoblar los comicios, sino que trazó un diagnóstico sombrío sobre la situación interna del peronismo, denunciando lo que calificó como un "golpe institucional" contra Kicillof por parte de sectores que, según él, buscan disciplinarlo.
“Lo que nosotros hicimos fue disimular este tipo de situaciones. Ahora, si van a trasponer todos los límites, hablemos las cosas con claridad”, lanzó el ministro, apuntando sin rodeos hacia La Cámpora en territorio bonaerense.
Kicillof, el blanco de los cuestionamientos
Para Larroque, el problema no radica en una interna partidaria como se intenta instalar, sino en un hostigamiento sistemático contra quien hoy representa —según su visión— el liderazgo institucional más importante que tiene el peronismo tras la derrota electoral de 2023.
“El gobernador ha sido votado en dos ocasiones, en la segunda ganó por 20 puntos en un contexto muy complejo. Este casi año y medio de gobierno de Milei ha sido ferozmente atacado, y me parece que todos tenemos que cerrar filas detrás de Axel”, reclamó.
La entrevista dejó en claro que el desdoblamiento electoral no es solo una jugada técnica, sino una decisión política que buscó cortar con las dilaciones internas. Larroque sostuvo que la postergación de la definición obedeció a una búsqueda de consensos que nunca llegaron porque “justamente estaban dilatando tanto la decisión que la hacían impracticable”.
Cristina, rehén de un círculo cerrado
Consultado sobre si estas tensiones internas podrían implicar un cuestionamiento al liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner, Larroque fue categórico:
“Me parece que no hay ningún problema con Cristina, jamás. Me parece que el que está siendo cuestionado permanentemente es Axel, y eso es un problema porque la gente votó a Axel”. Sin embargo, deslizó una crítica nada menor: la expresidenta estaría siendo “rehén” de un entorno que prioriza una lógica de aparato por sobre los intereses del peronismo.
“Creo que lamentablemente Cristina es rehén de un círculo, del grupito de Máximo de cuatro o cinco”, afirmó. Con esta frase, Larroque rompió un tabú dentro del espacio que nunca había puesto en duda públicamente el rol de Máximo Kirchner y su grupo como articuladores del armado político kirchnerista.
Una interna que ya no se puede ocultar
Lejos de los gestos de unidad que se buscaban mostrar tras el encuentro reciente entre Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa, Larroque aseguró que no hubo propuestas concretas en esa reunión y volvió a poner sobre la mesa la falta de estrategia clara dentro del espacio. “Hay severas falencias a la hora de poder diseñar estrategias”, dijo. “No veo una interna, veo un gobernador que fue elegido constitucionalmente”, concluyó, aunque su propio diagnóstico expone una interna cada vez más evidente.
Mientras desde sectores opositores como La Libertad Avanza celebran su avance territorial en la provincia, tal como lo reflejó la diputada Florencia Retamoso en redes sociales, el peronismo atraviesa un momento decisivo. Lo que está en juego no es solo la ingeniería electoral, sino el liderazgo real en el territorio clave del país.