
"La Argentina Liberal sigue creciendo!!! Este proyecto privado tiene como objetivo promover el desarrollo de la economía argentina, financiando pequeñas empresas y emprendimientos locales. El mundo quiere invertir en Argentina", fue el mensaje de Milei en su cuenta de X, algo inédito para un mandatario nacional y cuyo alcance en términos de daño por la posible estafa de esta empresa, todavía es incalculable.
La publicación también fue replicada en sus historias de Instagram y contenía un enlace al sitio web vivalalibertadproject.com. En el sitio se menciona que "el Proyecto Viva La Libertad tiene como misión principal impulsar la economía argentina mediante el financiamiento de proyectos pequeños y empresas locales, apoyando a aquellos que buscan hacer crecer sus negocios y contribuir al desarrollo del país".
El proyecto está vinculado a una entidad denominada "Kip Network" y el contacto está dirigido a una cuenta de correo de Gmail.
El posteo despertó dudas entre los usuarios , que se debatieron entre si se trataba de un hackeo a la cuenta presidencial o la difusión de una estafa cripto. Sin embargo, la información fue confirmada por la diputada de La Libertad Avanza, Lilia Lemoine, quien fue tajante en X: fue tajante en X: "No hubo hackeo..." y más tarde añadió: "Para aclarar... no fue un hackeo".
El que también se refirió al tema fue el militante de La Libertad Avanza, Daniel Parisini, más conocido como El Gordo Dan, quien se envalentonó: "Ahí meto todo lo que tengo".
Rápidamente, la criptomoneda experimentó un salto en su cotización hasta los U$S 4,978 dólares, pero en pocas horas se desplomó a menos de un dólar, desatando una ola de críticas y acusaciones de posible fraude.
Así, y en medio de la creciente polémica y ante las exigencias de explicaciones por parte de la oposición, el líder de La Libertad Avanza (LLA) volvió a sus redes con total facilidad, para despegarse del proyecto.
Hace unas horas publiqué un tweet, como tantas otras infinitas veces, apoyando un supuesto emprendimiento privado del que obviamente no tengo vinculación alguna.
— Javier Milei (@JMilei) February 15, 2025
No estaba interiorizado de los pormenores del proyecto y luego de haberme interiorizado decidí no seguir dándole…
"Hace unas horas publiqué un tweet, como tantas otras infinitas veces, apoyando un supuesto emprendimiento privado del que obviamente no tengo vinculación alguna", escribió. "No estaba interiorizado de los pormenores del proyecto y luego de haberme interiorizado decidí no seguir dándole difusión (por eso he borrado el tweet)", agregó.
En esa línea, Milei aprovechó para espetar violencia y responder a quienes lo criticaron por la promoción del token. "A las ratas inmundas de la casta política que quieren aprovechar esta situación para hacer daño les quiero decir que todos los días confirman lo rastreros que son los políticos, y aumentan nuestra convicción de sacarlos a patadas en el culo. VLLC!", lanzó.
El mensaje fue respaldado por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien lo reposteó en su cuenta de X.
El riesgo legal de las cryptomonedas
Las estafas piramidales no han parado y si bien existen casos emblemáticos, como el de Generación Zoe, muchos de estos mecanismos siguen vigentes, con propuestas creativas y disfrazadas de oportunidad de negocios, como en efecto sucedió con esta promoción realizada nada más y nada menos que en manos del presidente de la Nación.
La estafa comienza con una promesa de cuantiosos rendimientos a raíz de inversiones, “trading” o apuestas a determinados criptoactivos. El problema no es la actividad que se desarrolle sino quien la lleva adelante, el efecto de sus acciones y la maniobra empleada para abusar, especialmente de quienes menos conocimientos tienen.
En Argentina aún quedan muchos debates abiertos en torno a cómo prevenir estafas y si es necesario una regulación específica para que las criptomonedas no sean una herramienta difusa. La falta de legislación local específica en torno a los criptoactivos y a las criptomonedas ha provocado sospechas sobre ciertas operaciones y controversias a la hora de juzgar “ciberdelitos”.