
Las playas de la Costa Atlántica bonaerense, ícono del turismo estival, enfrentan una alarmante crisis de erosión que amenaza su existencia. Según el investigador Federico Isla, del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (CONICET-UNMDP), localidades como Mar del Tuyú, Santa Teresita, Las Toninas, Pinamar y Villa Gesell están perdiendo terreno año a año, con Mar Chiquita como el territorio más afectado.
“Estamos transitando un escenario de erosión generalizada. En Mar Chiquita, donde la plataforma es angosta y las olas llegan con más energía, se han perdido casi seis metros de playa en pocos años”, explicó Isla en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.
El cambio climático, protagonista de la crisis
El aumento del nivel del mar, impulsado por el calentamiento global y el deshielo de glaciares, es uno de los principales factores de esta problemática. “El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) prevé un incremento del nivel del mar para 2100, pero no se sabe cuánto será. Este fenómeno, combinado con tormentas más intensas y recurrentes, ya está afectando gravemente nuestras costas”, advirtió el especialista.
Impacto antrópico: de la extracción de arena al descontrol vehicular
Las prácticas humanas aceleran el deterioro costero. Isla señala que la extracción de arena fuera de temporada, las obras de defensa que redistribuyen sedimentos y el movimiento de vehículos todoterreno en playas agravan el proceso erosivo. “Cada vez que sube la marea, la arena movilizada facilita la acción destructiva de las olas”, agregó.
Por otro lado, las concesiones balnearias también contribuyen al problema al mover arena desde zonas altas hacia sectores más vulnerables, dejando amplias áreas desprotegidas.
La falta de legislación: una asignatura pendiente
La crisis revela una profunda necesidad de regulación. Aunque existen normativas como el Decreto Ley 8912 y el Decreto 3202/06, estas no se aplican adecuadamente. “Estamos perdiendo no solo patrimonio público, sino también privado. Hay casas al borde del derrumbe en Mar del Tuyú, Monte Hermoso y Necochea”, alertó Isla.
La solución, según el investigador, pasa por la sanción de una Ley de Manejo Costero Integral en la provincia de Buenos Aires. Esta legislación debería incluir normas estrictas para delimitar áreas de erosión crítica y regular la movilización de arena.
Además de la erosión, la contaminación amenaza la calidad sanitaria de los balnearios. “En el sur de General Pueyrredón se están vertiendo desechos urbanos en zonas de baño sin control adecuado de coliformes. No sirve de nada proteger las playas si no cuidamos su calidad sanitaria”, enfatizó el especialista.
La combinación de cambio climático, prácticas humanas y la falta de políticas efectivas pone en riesgo uno de los mayores patrimonios naturales y turísticos del país. Sin una legislación integral que proteja y regule el manejo costero, la erosión seguirá avanzando, dejando menos espacio para las playas y un enorme interrogante sobre el futuro.