
Desconectarse por un rato de la rutina es una de las actividades más placenteras para cualquiera que desee o necesite relajarse un poco, por lo cual las escapadas de fin de semana se convierten en una excelente opción para alejarse de la gran ciudad y disfrutar de un ambiente mucho más tranquilo para volver con más energía a la cotidianidad.
Para ello solo habrá que viajar menos de 200 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, hasta llegar a Ernestina, un pueblo tan escondido como bello. Situado en el interior de la provincia de Buenos Aires, invita a los visitantes a conocer su historia y arquitectura, capaz de enamorar a cualquiera que desee recorrerlo.
Ernestina, Buenos Aires. Foto: X.
Este antiguo pueblo fue fundado en 1896, para años más tardes disfrutar de su época dorada con el auge del tren, tiempo en el cual llegó a albergar unos 1.800 habitantes y una amplia variedad de servicios, entre ellos el teatro, la sastrería, hotel, un club deportivo, y otros comercios más, que se vieron afectados por el declive del transporte ferroviario que, lentamente, llevó a este pueblo al olvido.
Años más tardes, Ernestina volvió a aparecer en la escena turística como una opción atractiva para los viajeros, con sus edificios históricos bien conservados, una fuente que se roba todas las miradas y los típicos barrios de las grandes ciudades, pero con un toque señorial, que la vuelve uno de los destinos de más interés para los viajeros.