jueves 01 de mayo de 2025
- Edición Nº2339

#DeTodoUnPoco

Salud

Día Mundial del Sida: qué es el objetivo 95-95-95 de la ONU para controlar la enfermedad en 2030

Los expertos de OPS y ONUSIDA buscan reducir a cero las nuevas infecciones por el VIH, suprimir la discriminación y las muertes. Para lograrlo, diseñan estrategias para llegar a los grupos más vulnerables con información, autopruebas, antirretrovirales y tratamientos.



En el marco del Día Mundial del Sida, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) destacaron el rol clave que tienen las comunidades y la sociedad civil de América Latina y el Caribe en la provisión de información y de servicios de pruebas, prevención y tratamiento del VIH.

“Debemos reconocer el papel fundamental que desempeñan las comunidades en su compromiso y liderazgo para acelerar la respuesta al VIH”, afirmó el doctor Jarbas Barbosa, director de la OPS. “Hoy renovemos nuestro compromiso apoyo a las comunidades para que lideren, mientras trabajamos juntos en eliminar el sida en la región de las Américas”, destacó.

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para conseguir su visión compartida de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas. De esta manera, desarrollaron una serie de objetivos “95-95-95″ a cumplir para el 2030 estableciendo: que el 95% de las personas infectadas por VIH conozcan su estado serológico; que el 95% de las personas diagnosticadas con el VIH reciban terapia antirretroviral continuada; y que el 95% de las personas que reciben este tipo de terapia tengan supresión viral. En los últimos años se incluyó un cuarto “95″, que supone que el 95% de las personas que reciben este tratamiento puedan gozar de una buena calidad de vida.

“Que lideren las comunidades” es el lema del Día Mundial del Sida 2023 y subraya la función que tienen las organizaciones dirigidas por las poblaciones más afectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana en la respuesta a esta epidemia de cuatro décadas.

“Estamos en la última milla para llegar a la meta de poner fin al sida como un desafío de salud pública, y este trecho por recorrer sólo es posible empoderando a las comunidades más afectadas y que se están quedando atrás”, aseveró Luisa Cabal, directora regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe. “El liderazgo de las comunidades es esencial en todos los planes y programas para el VIH y para ello deben contar con financiamiento y normas protectoras para su funcionamiento”.

Con el fin de apoyar la expansión de los servicios de VIH a las poblaciones clave y personas con VIH, la OPS y ONUSIDA llevan adelante la iniciativa “Soy Clave” en once países de América Latina. La iniciativa ha permitido fortalecer alianzas que apoyan respuestas aceleradas con participación de las comunidades y de la sociedad civil impulsando así modelos de servicios centrados en las personas.

Es esencial que las comunidades estén empoderadas para que puedan desarrollar sus propias estrategias y llegar a quienes más lo necesitan con informaciónautopruebas de VIH, antirretrovirales como método de prevención (lo que se conoce como PrEP), y tratamiento para lograr una carga viral indetectable y cortar la cadena de transmisión.

Además, al ser espacios libres de estigma y discriminación, los servicios liderados por grupos de la comunidad aumentan la aceptación y la retención en la atención de homosexuales hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, personas que ejercen el trabajo sexualpersonas trans, y usuarios de drogas, poblaciones consideradas clave en la respuesta al VIH y entre quienes se reporta la mayor cantidad de nuevas infecciones.

En América Latina y el Caribe alrededor de 2,5 millones de personas viven con VIH. En 2022, unas 130.000 personas adquirieron el virus y 33.000 perdieron la vida por causas relacionadas con el sida.

 

Temas de esta nota:

SALUDPREVENCIóNSIDAHIV

OPINÃ, DEJÃ TU COMENTARIO:

3