
Si algo hemos experimentado los seres humanos a lo largo de la vida es que no siempre hay una buena manera de terminar un vínculo. Dependiendo de la intensidad del mismo y de las expectativas personales, puede ser más o menos doloroso y más o menos desesperanzador. Sin embargo, una investigación psicológica muestra que algunas estrategias para terminar relaciones pueden calar más profundo que otras.
El nuevo estudio, realizado por investigadores de la Universidad Estatal Politécnica de California, en Estados Unidos, examinó el fenómeno emergente del "ghosteo" —un verbo venido del inglés: toghost, o "fantasmear"—, que se refiere al hecho de cortar indirecta y abruptamente el contacto con alguien sin darle a esa persona ninguna advertencia o explicación por hacerlo.
"Nos inspiramos para estudiar el ghosting no solo por nuestras experiencias personales con ello y su creciente relevancia para todos los grupos de edad, sino también por sus posibles efectos en los jóvenes y la calidad de sus futuras relaciones y experiencias de citas", señala una de las autoras.
Los investigadores realizaron entrevistas a adultos jóvenes y descubrieron que la experiencia de ser ghosteado implica algunas veces un alto costo psicológico en las personas, y les impide explorar nuevas relaciones románticas debido a la incertidumbre provocada por la experiencia del ghosteo.
Según pudieron identificar, existen cuatro cosas generales que caracterizaban la experiencia:
Katherine Holmes, autora principal del artículo, detalla que con tanta tecnología a disposición, "tenemos acceso casi ilimitado a un número ilimitado de personas", lo que hace que nuestras potenciales parejas sean "bastante reemplazables" y les da a los "ghosteadores" un cierto nivel de seguridad y anonimato.
Entre las posibles causas del ghosteo, se mencionan una personalidad con un estilo de apego evasivo, el desinterés o la falta de intimidad en el vínculo, o incluso tener fuertes creencias en el destino.
Para aquellos que ghostean, los investigadores dan algunos consejos: reflexionar sobre las propias acciones e intentar verlas a través de los ojos de la otra persona, trabajar en la capacidad para comunicarse directamente con las personas, incluso cuando los temas sean difíciles o incómodos; y buscar herramientas para mejorar la empatía.
Para los ghoestados, tratar de no involucrarse en la espiral de autoculpabilización, intentar no volver a contactar a la otra persona, no usar uno mismo el ghosteo como una estrategia para terminar una relación, y buscar apoyo cuando se necesite.