
Quienes estuvieron a cargo del panel fueron Juan Grabois, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos y del Frente Patria Grande, espacio político impulsor del proyecto, la diputada del Frente de Todos, Lucía Klug, Andrés Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia; y Eduardo Montes, presidente de la Federación de Trabajadores de la Economía Social.
El proyecto de Ley de Salario Básico Universal propone la asignación de un ingreso mensual mínimo, "equivalente a una Canasta Básica Alimentaria, para todos los trabajadores que se encuentran desempleados y no perciben otras prestaciones por parte del Estado. Significaría la eliminación de la indigencia y una fuerte reducción de los niveles de pobreza", informaron.
"Siempre se dice que falta trabajo, pero trabajo sobra, lo que pasa es que el mercado no lo remunera. La discusión es cómo logramos que el Estado reconozca ese trabajo que el mercado no remunera. Esta medida busca sacarnos de la emergencia, reconociendo que todo el mundo trabaja pero a algunos les pagan y a otros no", sostuvo el ministro Larroque.
Por su parte, la legisladora Klug, mencionó: "El Salario Básico Universal es una política profundamente feminista. El 31 por ciento de las compañeras que viven en barrios populares no tienen un ingreso mínimo. Esta política puede sacar a muchas mujeres de la situación de convivir con sus agresores y sufrir la violencia económica. A las mujeres es a quienes más se nos complica conseguir trabajos formales, trabajamos muchas horas en casa y eso también tiene que ser reconocido: esta política lo viene a hacer".
En su intervención, Eduardo Montes dijo: "Tenemos la tarea de llevar el debate de esta ley a los territorios, discutir con la estigmatización que ejercen los medios hegemónicos sobre los beneficiarios de programas sociales, como si el Estado no debiera tener brazos para alcanzar a los más desposeídos de la patria. Hay que generar la correlación de fuerzas del campo popular, porque abajo estamos mal. Por eso, el Salario Básico Universal es una política esencial".
Además, el referente Juan Grabois hizo un recorrido histórico de la situación del empleo asalariado, "que cuenta con la protección de garantías de derechos laborales, en contraposición con la situación de alrededor de 9 millones de personas, que también trabajan pero sin una remuneración estable ni reconocimiento forma", detallaron.
"Ese mundo en que el pleno empleo es una posibilidad real, no existe más. Hay otras formas de trabajo que no son empleo registrado. El trabajo es todo esfuerzo humano que cree algún valor: social, ambiental, familiar, comunitario, y en ese esquema hablamos de economía popular, que es una parte importante de ese trabajo que no es empleo porque no tiene un patrón, pero que sin embargo tiene un valor productivo y constituye una parte de la informalidad laboral", recalcó.
Y concluyó: "Dentro de eso, hay un segmento del 10 o 15 por ciento que está organizado, y un segmento mayoritario que no lo está. Aún con todos los aceleradores que pueda tener el empleo asalariado, seguiría quedando mucha gente afuera".