El economista Alexis Dritsos dijo que “el acuerdo con el FMI (Fondo Monetarios Internacional) permite abrir un horizonte que permitiría acomodar de manera escalonada el pago de una enorme deuda, que resultaba impagable en los términos que fue contraída”.
Asimismo indicó que “esta perspectiva aleja el temor de un default con el Fondo y permite desactivar expectativas negativas y que han venido impulsando la volatilidad de los diferentes tipos de cambio, la caída de la cotización de bonos y acciones argentinas y el aumento del riesgo país”.
En términos teóricos, “veo positivo que no se condiciona el acuerdo a promover reformas laborales, previsionales ni esquemas devaluatorios. Se mantiene un sendero gradual de eliminación del déficit, permitiendo mantener un nivel importante de erogaciones en obra pública”.
Sin embargo, el especialista mencionó aspectos negativos: “Hay temas preocupantes vinculados a la falta de un Plan Económico Integral que permita dar consistencia real a los supuestos que quedan establecidos en las hojas de cálculo”.
Y añadió: “No tenemos ninguna pista de un programa incisivo para combatir la inflación y cómo se compatibiliza una reducción en la tasa inflacionaria en medio de un aumento de las tarifas y demás precios regulados”.
En ese sentido, sostuvo que tampoco se conoce cómo va a ser el esquema de reducción de los subsidios a las tarifas sin generar una pérdida de magnitud en el poder adquisitivo de la población, ya que el “elemento clave del lado del gasto pasa por este rubro”.
Por el lado de los ingresos, “sin el aporte extraordinario del Impuesto a las grandes fortunas, y frente a la posible caída del ingreso por retenciones por menor volumen de exportaciones, resulta poco claro cómo se logrará aumentar la recaudación en la magnitud acordada”, indicó Dritsos .
Finalmente, “una política monetaria con un recorte ambicioso al financiamiento monetario de déficit requiere de un crecimiento de las colocaciones de deuda en el mercado. Esto significa un crecimiento importante de la deuda en pesos y, de acuerdo a lo acordado, con tasas reales positivas”.
En esa línea, el economista reflexionó: “No se trata solamente de pagar, se trata de resolver los graves problemas de fondo que afectan a nuestra economía” y remarcó: “Necesitamos un plan que aborde en simultáneo los elementos necesarios para establecer equilibrios macroeconómicos duraderos”.
Para cerrar, aseveró que el futuro próximo “no es muy alentador para el primer semestre” y explicó que “la inercia inflacionaria juega en contra de la recomposición del poder adquisitivo de los trabajadores”.
“Tampoco resultan optimistas las posibilidades de mejoras para la clase pasiva ni para los beneficiarios de planes sociales. La suba de tasas de interés prevista, tampoco resultará en un beneficio a la financiación a las familias”, cerró.