
La marcha opositora convocada el sábado pasado por dirigentes de Juntos por el Cambio en protesta por el Vacunatorio VIP, donde se exhibieron en las rejas de la Casa Rosada bolsas mortuorias con nombres de dirigentes políticos y referentes sociales, continúa generando coletazos: ahora en la Justicia.
Desde el Instituto Independencia se realizó una denuncia a los diputados de Juntos por el Cambio Fernando Iglesias, Waldo Wolff y Martín Lousteau, y la actual presidente del PRO, Patricia Bullrich, por participar en la marcha realizada el sábado, donde se exhibieron bolsas que simulaban contener muertos con los con los nombres de distintos referentes políticos. Los acusaron del delito de odio.
La manifestación fue realizada el día sábado, y sobre el final de la misma, se pusieron bolsas mortuorias en la Plaza de Mayo, con nombres de distintas personas; entre ellos, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo y referente de los derechos humanos, Estela de Carlotto. Según comunicó el instituto, la denuncia fue presentada por “instigación a cometer un delito, tipificado en el artículo 209 del Código Penal, y el llamado delito de odio, sancionado en el artículo 3 de la ley 23592”, y en la denuncia el instituto expresó: “Sin voluntad de hacer referencia a casos particulares, va de suyo que la inserción de aquellos nombres representa una clara amenaza al sistema democrático y no debe tolerarse como forma válida de aglutinar apoyos entre nuestros conciudadanos”.
También, el documento señaló que “la violencia política, la instigación al delito, en este caso al homicidio de dirigentes y referentes varios, es una de las expresiones más dañinas para el país”, y consideró que “se requiere del sistema de justicia el encuadramiento de estos hechos bajo un prisma que restablezca las formas de la legalidad en el debate político”.
Cabe destacar que el espacio oficialista rápidamente se hizo eco el repudio generalizado a la muestra de muerte realizada. En cambio, desde el espacio opositor, si bien se había impulsado la asistencia a la manifestación que rompió todos los protocolos de seguridad, nadie se hizo cargo de la puesta en escena en particular.