
En una entrevista con Infomiba el intendente de Lincoln, Salvador Serenal, habló sobre el control que aplicó en su municipio para evitar un crecimiento de casos de COVID-19, y se animó a opinar sobre el sistema de fases cuestionado por algunos intendentes opositores.
Infomiba: Lincoln confirmó estos días el segundo caso positivo de Covid- 19. ¿Dónde estuvo el éxito del control de la situación en su Municipio, en un momento donde la mayoría de las localidades se ven complicadas con su sistema de salud?
Salvador Serenal: Seguramente algo de suerte tuvimos, pero esa suerte la supimos acompañar con un trabajo muy serio que comprometió a todas las áreas del Municipio, fuerzas vivas, personal de salud, policía y los sectores de la comunidad que entendieron que había que lograr un equilibrio entre los cuidados y la economía. Gracias a eso, Lincoln estuvo 158 días libre de COVID-19. Obviamente, ese éxito fue producto del gran cuidado que tuvieron los vecinos linqueños, el fuerte hincapié que se hizo en la concientización y en el cumplimiento de los protocolos y la implementación de los permisos municipales en los ingresos y egresos al distrito para hacer un rápido seguimiento epidemiológico cuando nos tocara el primer caso que se dio recién el 29 de agosto.
I: Esta semana, a través de un comunicado los intendentes de JxC pidieron reunión con Kicillof para plantearle las problemáticas de cada Municipio. ¿Los convocó el Gobernador? ¿Cuáles necesidades plantearía usted?
SS: Desde el primer día estamos trabajando con el gobernador y con los intendentes de la región y, por supuesto, con los intendentes de JxC y del Foro de Intendentes Radicales. Frente a esta pandemia no puede haber lugar para las especulaciones ni mezquindades. La emergencia sanitaria nos cambió el eje a todos y desde el Estado en todos sus niveles, municipal, provincial y nacional, tenemos que trabajar para fortalecer la unión porque es la manera en que necesitamos transitar la pandemia que, todos sabemos, está provocando una gran crisis no sólo en lo que hace a la salud, sino también en lo económico y en lo social. Como intendentes tenemos un fuerte compromiso con nuestra comunidad, con nuestro territorio, pero también con la provincia de Buenos Aires que tiene grandes desigualdades en su composición demográfica, entre el interior y el AMBA. Y con nuestro país, más cuando vemos que el virus se comenzó a extender incluso en lugares que se pensaba que podían estar ajenos a la realidad de las grandes ciudades.
I: ¿Cómo vió la reacción del Frente de Todos para con el intendente Lunghi y Petracca por el modo de gestionar la pandemia en sus municipios?
SS: Es entendible que a veces existan posiciones contrapuestas. Desde la tarea como intendentes siempre nos manejamos de forma coordinada con Provincia y Nación y cada resolución o medida que implementamos se ajustó a los decretos nacionales y provinciales. En cuanto al sistema de fases, pudo haber habido alguna cuestión de matices que hace a la implementación, en un comienzo, sobre todo cuando el virus no estaba extendido en el interior de la provincia de Buenos Aires como sí lo estaba en el AMBA. Después hay cosas que somos los intendentes los que tenemos que llevarlas adelante porque estamos en el territorio. Por ejemplo, en lo que hace a la franja de horario cuando se ajustó el funcionamiento de las actividades de forma parcial, o cuando en Lincoln se puso en vigencia el número par o impar para circular durante el ASPO, y eran medidas que en provincia y en Nación no estaban y que en algunas ciudades usamos por un tiempo porque servían para que la gente pueda cuidarse y buscar un mejor funcionamiento con la nueva normalidad.
I: ¿Considera que es momento de reevaluar el método de fases?
SS: Es difícil pensar sólo en un método como si eso fuera lo único que hay que atender. Me parece que es correcto para intentar ordenar por regiones una provincia tan grande, con tanta variedad de realidades y donde la regionalización históricamente no se ha dado. Podemos tomarla como un método que se puede seguir trabajando y mejorarlo con los avances que se van comprobando y que la comunidad acompaña, en tanto, nos sirva para mantener un estado de cosas lo más parecido a la vida normal que teníamos antes de que comenzara la pandemia. Y eso no tengo dudas que tenemos que hacerlo coordinadamente el interior y el AMBA, ese es el mayor desafío.
I: ¿Nota una profundización de la grieta política? ¿Hay forma de superarla?
SS: Estoy convencido que esta pandemia nos va a cambiar y la grieta va a ser algo que los argentinos vamos a dejar atrás. Lo estamos viendo en la situación económica del país, en las dificultades que tenemos, más allá de la pandemia y de un cambio de gobierno.
Necesitamos un acuerdo nacional, un acuerdo para resolver cómo construimos la posibilidad de tener futuro, un futuro en el que nuestros hijos puedan seguir estudiando, puedan contar con el acceso a la tierra y a la casa propia, un país con oportunidades, un país que tenga inversiones, que genere empleo y que nos permita resolver problemáticas como la pobreza, la confianza que perdimos y que hace que no tengamos una moneda fuerte, un país que desarrolle su mercado interno pero que también pueda ampliar sus exportaciones para enfrentar los compromisos de deuda que tenemos y que son problemas con los que venimos lidiando, por lo menos, desde la recuperación de la democracia para acá.