
Directivos de la firma Inmade SA confirmaron que en cinco meses prevén terminar Resener I, la primera planta de producción de biogás del Sudoeste Bonaerense.
En septiembre prevén concluir la obra y empezar a llenar los biodigestores. Recibirá entre 60 y 90 camiones por mes provenientes de agroindustrias de la región, como frigoríficos, plantas avícolas, cerealeras y empacadoras de cebolla.
De esta forma, hacia fines de diciembre el emprendimiento estará transformando toneladas de residuos de la agroindustria regional en energía eléctrica y abono.
“La obra civil está prácticamente terminada”, contó el ingeniero Marcelo Musotto, titular del emprendimiento junto al ingeniero Enrique Otaola, y el proyecto general está avanzado más del 60%”.
“Estimamos que en los primeros días de septiembre estaremos listos para empezar a recibir los residuos y hacia fines de diciembre estaríamos generando energía”, añadió.
La planta -cuya construcción comenzó en septiembre del año pasado, en Colonia La Merced (Villarino)- tendrá una capacidad de generación de 1,2Mw, suficiente para abastecer el consumo promedio de 2.500 a 3.000 hogares.
De todas formas, en ese aspecto no reside su importancia para la región. “Este tipo de proyectos no se compara, en generación de energía, con algo como puede ser el parque eólico de Corti o La Castellana, que es de 100Mw. La relevancia de Resener pasa por el hecho de que transformará residuos orgánicos en energía eléctrica y abono”, sintetizó Musotto.
La planta recibirá entre 60 y 90 camiones de residuos por mes, provenientes de distintas agroindustrias. En la nómina hay desde firmas cerealeras y empacadoras de cebolla hasta frigoríficos, plantas avícolas y una papelera.
“A partir de la puesta en marcha de Resener ya no tendrán que preocuparse de la disposición final de los residuos que producen, lo que sin dudas tendrá impacto positivo en el medio ambiente del lugar donde están localizadas”, enfatizó el empresario.
Los camiones que ingresarán a la planta -de dos a tres por día- descargarán los residuos en la zona de acopio o directamente en tanques hidrolizadores, donde serán triturados.
Luego el material será enviado a alguno de los tres biodigestores primarios que tendrá Resener, donde estarán en proceso de fermentación por 30 a 35 días.
“Uno de los resultados del proceso es biogás, que se almacenará en una pileta de acopio. Ahí permanecerá hasta el momento de tratarlo y convertirlo en energía eléctrica”, sintetizó Musotto.
Para convertir el biogás en energía se utilizará un equipo electrógeno importado de España, que llegará al país en unos tres meses y que será conectado a un tendido de 13,2Kv.
“El proceso también deja como residuo un líquido con 15% de sólidos que puede ser reinyectado a los biodigestores. Antes se retiran esos sólidos, ya que se pueden comercializar como enmienda orgánica pura de alto valor nutritivo”, indicó.
“Esa enmienda es mejor que el fertilizante, porque le da estructura al suelo. La idea, en un principio, es certificar su calidad ante Senasa y comercializarla a granel a empresas del sector”, añadió.
Residuos externos. Resener I fue adjudicado por el gobierno nacional en el marco del programa energético RenovAr 2. Es el único, sobre un total de 32 ubicados en distintos puntos del país, que no funcionará con sustrato propio, sino con residuos de origen externo. “El resto de los proyectos de biogás son satélites de algún proyecto de frigorífico vacuno o porcino”, indicó Musotto.
Biogás. “El gas que generará la planta no es igual al que se consume a nivel domiciliario. El biogás está compuesto por gas metano en un 65%, cuando la proporción en el hogareño es de casi el 100%. Por eso se utiliza para generar energía eléctrica con un equipo especial”.
Residuos urbanos. “En Europa es frecuente que se utilicen residuos urbanos para generar biogás. Aquí se puede hacer, pero hay un gran problema: aún no está arraigada la separación de residuos en origen. Este es un proceso biológico que funciona con bacterias; si la basura que te llega a la planta está contaminada, puede arruinar todo. Hay que trabajar mucho en lo cultural”.
Desagües cloacales. “También pueden ser destinados al biogás, pero es aún más difícil que utilizar residuos domiciliarios. Básicamente, porque lo que va a parar a los desagües es incontrolable”.
(Fuente: La Nueva.)